¿Sabías que en vez de irme a Granada a estudiar, mis planes originales eran mudarme a Salamanca? Por carambolas del destino finalmente no pude tirar para el Norte así que acabé en el Sur. A veces me pregunto cómo hubiera sido mi vida si en vez de extremeño-granadino me hubiera convertido en extremeño-salmantino. Aunque no cambio ‘Graná por ná’, sin duda, vivir en Salamanca hubiera sido también un lujo ya que no hay ciudad española con tal cantidad de patrimonio majestuoso por sus calles.
De las ciudades imprescindibles en España (y definitivamente de las de Castilla y León) Salamanca se encuentra entre los primeros lugares. ¿No la conoces todavía? Pues aquí te dejo mis imprescindibles si tienes 2 días en Salamanca. Y gracias a Fer y a Lucía por esa guía tan maravillosa que nos hicieron durante nuestra última estancia en la ciudad del Tormes.
En este post encontrarás:
Plaza Mayor

El mayor icono de Salamanca, y uno de los principales de Castilla y León es, la Plaza Mayor. Con sus aproximadamente sesenta y cuatro mil metros cuadrados, es una de las plazas más grandes de España y es el kilómetro cero y zona de paso de todo salmantino o viajero.
Siguiendo las trazas del arquitecto Alberto Churriguera, hoy en día es el lugar más reconocible de toda Salamanca. Siempre atestada de turistas, en mi última visita durante la pandemia resultó curioso verla vacía.
Tras la foto de rigor, puedes recorrer la plaza descubriendo los retratos e imágenes de gobernantes y otras personas importantes que decoran las columnas. Es curioso observar cómo todavía quedan huecos para futuras personalidades. Quién sabe, podrías ser tú. En este link puedes consultar todo el itinerario iconográfico de la plaza.
Mercado Central

De uno de los lugares más visitados a otro no tanto. Cerca de la Plaza Mayor se encuentra el Mercado Central de Salamanca. Me encantan los mercados tradicionales de las ciudades, sobre todo cuando son muestra del patrimonio industrial de las mismas. El mercado central de Salamanca, con más de cien años de antigüedad, muestra una imagen muy colorida de la ciudad con sus nuevos ventanales, colocados tras su reciente remodelación.
La Clerecía

Uno de los edificios más grandes de Salamanca es la Clerecía. Se trata de la actual sede de la Universidad Pontificia de Salamanca. Con su iglesia, sus dormitorios, y su claustro, este gigantesco edificio empezado a construir en el siglo XVII por Margarita de Austria, esposa de Felipe III, es uno de los centros más visitados de la ciudad.
Casa de las Conchas

Justo enfrente de la Clerecía se encuentra la maravillosa y enigmática Casa de las Conchas. De siempre me ha parecido enigmática la fachada de esta mansión de estilos gótico y plateresco decorada con más de 300 conchas. La explicación de las mismas no está muy clara. Hay varias teorías, desde el fanfarroneo de la familia Maldonado hasta una bonita historia de amor de los Pimentel.
Hoy en día alberga la biblioteca pública, por lo que su acceso es gratuito.
Universidad de Salamanca

¿Sabías que la primera universidad del mundo llamada así, universidad, fue la de Salamanca? Los salmantinos están muy orgullosos de ello y todos deberíamos estarlo también. Entrar en la universidad de Salamanca es ser testigo de más de 800 años de historia del saber y el conocimiento.
La fachada es uno de los elementos más reconocibles de Salamanca, con su rica decoración en la que tienes que encontrar la famosa rana. Si la encuentras, sabrás que podrás terminar tu carrera. Así que, manos a la obra.
La plaza en la que se encuentra el edificio de la Universidad de Salamanca, el patio de las Escuelas, esconde otros misterios, como el curioso ‘estudiante’ que aparece en uno de sus escondites masturbándose. Sí, has leído bien: jugando consigo mismo. A ver si lo encuentras. Estos son los detalles que hacen de Salamanca una ciudad increíblemente amena para visitar.
Catedral de Salamanca

Aunque bien es un único recinto, mejor que catedral de Salamanca, debemos denominarla conjunto catedralicio ya que se trata de dos templos en sí: la Catedral Vieja y la Catedral Nueva.
La entrada se realiza por el mismo lugar para las dos y la visita recorre tanto la vieja como la nueva y tiene un precio de 6 euros.
Antes de adentrarte a la misma, Salamanca nos vuelve a poner un reto: encontrar el astronauta que decora su puerta de acceso en la plaza de Anaya. Este astronauta fue añadido en la última restauración de la catedral en el año 1992.
En la visita, primero nos encontramos con la fastuosa Catedral Nueva, una de mis favoritas en España, con su grandiosidad y su imponente altar. También cuenta con una maravilla de Capilla Dorada, que encantará a todo amante del amarillo metal.

La Catedral Vieja contrasta con la nueva y supone un verdadero viaje en el tiempo. Pasamos del siglo XVI al siglo XII tan solo pasando un peldaño. Del renacimiento al románico castellano-leonés con sus interesantes pequeñas capillas y sus frescos tan característicos.
Ieronimus: subida a las torres de la Catedral

La visita a la catedral no termina en la parte inferior de la misma. Se pueden visitar las torres de la misma con la visita Ieronimus. Conocer el conjunto desde lo más alto es una de las experiencias, en mi opinión, imprescindibles en Salamanca. La perspectiva sobre el templo, sobre su construcción y sobre la ciudad al completo cambia totalmente subiendo a Ieronimus.
Cuenta con una entrada separada de la Catedral, accediéndose a ella por la Torre Mocha en la plaza Juan XXIII.
Casa de Lis

Éste fue mi gran descubrimiento durante mi última visita a Salamanca: la casa de Lis. Se trata de una mansión modernista y art nouveau en pleno corazón de la ciudad renacentista. Fue muy criticada en la época pero hoy ofrece una visión de Salamanca totalmente diferente.
Actualmente alberga el museo Art Nouveau y Art Déco con una gran colección de piezas de finales del XIX y principios del XX. Es una pena que no dejen hacer fotos en su interior pero una parada en la Casa de Lis se me antoja imprescindible, pudiendo también aprovechar para tomarte un café con vistas desde la cafetería.
Huerto de Calixto y Melibea

La historia de Romeo y Julieta es un simple cuentecito comparado con el verdadero drama de Calixto y Melibea. El autor de La Celestina, Fernando de Rojas, decidió situar aquí la acción entre los dos amantes unidos por la vieja alcahueta.
Ficción aparte, el huerto de Calixto y Melibea es un precioso jardín con unas vistas increíbles sobre la catedral y de la ribera del río Tormes.
Ya que te has acercado hasta aquí, puedes acercarte a la ‘cueva de Salamanca’ en la que, según cuenta, la leyenda impartía clases el mismísimo Diablo. Yuyu.
Puente romano y Lázaro de Tormes

Otro de los clásicos de la literatura castellana sitúa su acción también en Salamanca: este es el Lazarillo de Tormes. En honor a sus aventuras (o más bien, desventuras) antes de cruzar uno de los mejores puentes romanos de España, Salamanca recuerda a este pequeño villano, justo al lado de la iglesia románica de Santiago del Arrabal, una de las más antiguas de la ciudad.

El puente romano es uno de los mejores paseos de la ciudad, con sus más de 350 metros de longitud sobre el río Tormes. Una vez cruzado, contamos desde ahí de una de las más bellas vistas de la ciudad. De esas que hacen que te enamores perdidamente de la antigua Salmantica.
Mirador de Peñuelas (de San Blas)

Otra vista menos conocida de Salamanca es la que tenemos desde el poco conocido mirador de Peñuelas (o de Peñuelas de San Blas). Desde aquí obtenemos una magnífica panorámica de la Clerecía y la Catedral. Es el punto ideal para decir adiós, o mejor ‘hasta pronto’ a mi ciudad favorita de Castilla y León. ¡Ahora toca comer!
Una recomendación para comer en Salamanca

Gracias a mis cicerones por Salamanca: Fer y Lucía, descubrimos un sitio magnífico para disfrutar de una mega hamburguesa (sí, ya sé que no es muy típico salmantino, pero estaba deliciosa), en La Pepita Burguer Bar, justo al lado del Mercado Central.
Mapa de localización Salamanca en 2 días
Código ético de Mis imprescindibles en Salamanca en 2 días
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Comments
Excelente Dani, leerte es un pasar un rato ameno, y si encima conoces la ciudad, como yo conozco Salamanca, es transportarme y tener buenos recuerdos. Gracias por tan buenos ratos. Un fuerte abrazo.