Llegar a China es como aterrizar en otro planeta. Nada de lo aplicable a otros viajes anteriores se podía extrapolar a la superpotencia asiática.
En el verano de 2012, tras muchas horas de vuelo allí me planté. Era como aterrizar en un planeta lejano. China me llamaba la atención por encima de todos los destinos del lejano oriente. Lomo Sprocket Rocket en mano, un viejo carrete Fuji caducado en color y un carrete en blanco y negro de Lomography, mi objetivo era sacarle el mayor jugo visual captando la vida y monumentos de la China más lejana.
Este fue el resultado.
Calle de los fantasmas, Pekín

Detalle de la Ciudad Prohibida, Pekín

Subida a la Muralla China, Mutianyu

Skyline de Pudong, centro de negocios de Shanghái

Lago del palacio de Verano, Pekín

Muralla China, Mutianyu

Plaza de Tiananmen, entrada a la Ciudad Prohibida, Pekín

Mercado matutino en Dongsi, Pekín

Vista desde lo alto de la torre de la Campana, Xi’an

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