A la costa de Granada por la carretera de la Cabra

Carretera de la Cabra - Granada
Imagínate un mundo sin autovías, casi sin carreteras. Un país en el que para recorrer los 70 kilómetros que separan Granada del mar Mediterráneo se tuvieran que emplear diecisiete horas en diligencia por empinadas cuestas y barrancos al abismo. Antes de la A-44, antes incluso del plan Peña de carreteras del 1940, la antigua carretera de la Cabra era la forma que tenían los andaluces y forasteros para ir de la capital de la provincia a Almuñécar.

Carretera de la Cabra Granada Inicio

La carretera de la Cabra se podría definir perfectamente como un viaje en el tiempo: una manera fácil de adentrarnos en el pasado del mundo de las comunicaciones por tierra. Este antiguo camino, antaño frecuentado por los pocos granadinos que podían permitirse el lujo de disfrutar de unas vacaciones en la costa, es hoy en día una verdadera delicia para los amantes de la conducción. Un pequeño roadtrip que hará que tu experiencia en la cosa Tropical grandina comience kilómetros antes de la línea de playa.

Mapa de localización de la carretera de la Cabra

Desde Padul hasta el cruce de Jayena

Carretera de la Cabra Jayena

La carretera de la Cabra está tipificada dentro del catálogo de carreteras de la Junta de Andalucía con el código A-4050 y -hasta hace poco- en Google Maps aparecía con un extraño SO-5. Su comienzo se sitúa en el puerto del Suspiro del Moro, lugar en el que según cuenta la leyenda, la reina Aixa le espetó su «llora como mujer lo que no pudiste defender como hombre». Si te diriges hacia el sur de Granada A-44, toma la salida 144 hacia Padul y sigue los indicadores que marcan el camino de la A-4050 acompañado en alguna de las señalizaciones con un evocador «Carretera de montaña».
El primer tramo no es especialmente interesante: una tranquila carretera autonómica con algún resto abandonado y terrenos de cultivo. Debes ser paciente, unos kilómetros más adelante comenzará la aventura.

Desde el cruce de Jayena hasta el término municipal de Otívar

Carretera de la Cabra Otívar

A partir del desvío para la pequeña localidad de Jayena, la cosa se pone interesante. La carretera pasa a tener un carril y el paisaje se torna más salvaje. La ruta va rodeando ahora el flanco oriental del parque natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, que ocupa territorio en las provincias de Málaga y que alberga -entre otros parajes- las cuevas de Nerja. El escenario que ofrecen los pinos y encinas típicos del bosque mediterráneo se ve moteado por antigua cartelería -que bien podríamos definir como vintage– recordándonos que no debemos tirar colillas al bosque. Auténtico patrimonio histórico de nuestras carreteras.

Del término de Otívar al pueblo de Otívar

carretera de la cabra abismo

Un arcaico delimitador con caracteres de azulejo nos indica que entramos en territorio otiveño. A partir del mismo, el nombre de carretera de la Cabra comienza a cobrar todo su sentido tornándose serpenteante y empinada. A la izquierda, pared de roca que una vez fue dinamitada por los valientes camineros de antaño. A la derecha, unos viejos quitamiedos de piedra separan tu vehículo del fondo del barranco. La velocidad media a partir de este punto serán los 30 kilómetros por hora, gracias a la cual, podrás disfrutar del paisaje que estos montes ofrecen al viajero. Además, existen cada cierto tiempo unos pequeños salientes para que puedas parar. Sal del coche, respira el aire puro y disfruta del silencio de este remoto paraje.

Túnel de la Carretera de la Cabra

Cabe destacar como elemento singular en este tramo, el túnel excavado en la mismísima roca de la forma más rudimentaria. Toda una muestra arqueológica en el campo de la ingeniería civil. Unos kilómetros -y unas cuantas curvas más adelante- encontrarás también una antigua gasolinera abandonada con curiosos detalles y unas impresionantes vistas sobre el valle Tropical.

Carretera de la Cabra Paisaje

De Otívar a Almuñécar

carretera de la cabra costa tropical

La vista de la pequeña localidad de Lentegí, encaramada en el monte, anuncia la proximidad de la costa. Hecho que se corrobora con el cambio de paisaje en el que el escarpado bosque mediterráneo deja paso a la frondosidad de los cultivos de la costa Tropical. Los enormes nísperos chocarán al visitante que venga con una romántica imagen de Andalucía yerma y desierta.
La entrada a Otívar marca la vuelta a la civilización. Esta y su vecina Jete se encuentran a escasos kilómetros de la costa, pero sus barrancos y paisajes empinados hacen que cueste creer que oficialmente ya nos encontramos en la comarca costera de Granada. Un poco más adelante atravesaremos por debajo el gigantesco puente de la A-7, finalizando de manera metafórica nuestra ilusión de haber vuelto atrás en el tiempo. Tras él, la concurrida Almuñécar. Ha llegado el momento de elegir playa.

¿A qué playa ir en Almuñécar?

Playa naturista del muerto Granada

De entre todas las opciones que ofre Almuñécar: sin duda, la mejor es la playa del Muerto. Una pequeña cala al extremo oeste de la ciudad, a la que se accede por medio de una pasarela desde la vecina playa de Cotobro, en la cual tendremos que dejar el coche. Una pequeña cala seminudista de aguas cristalinas y tranquilas. Si bien su acceso es fácil, en ella se está tranquilo y puedes disfrutar de cerveza fresquita en el chiringuito hippy atendido por unos señores de lo más peculiar. Eso sí, si eres el que conduce: no te pases.

¿Pensando en ir a Almuñécar?

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