¿Conocer Basilea en un día? ¿Qué mejor manera de aprovechar que se vuela a un aeropuerto que conocer la ciudad en la que se encuentra? Esto me ocurrió en mi último viaje a Friburgo, por el cual, decidí pasar un día en Basilea. Y es que el aeropuerto que sirve a esta ciudad alemana se encuentra en Basilea (localidad suiza) aunque este último se localice en territorio francés. Un lío de entre tres fronteras del que cualquier viajero querrá sacar beneficio. Si, además, uno es un friki de la geografía, el placer está asegurado.
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Cómo llegar a Basilea

Basilea se encuentra justo en la frontera de tres países (Suiza, Francia y Alemania) y como te he comentado, el aeropuerto se localiza en territorio francés, si bien una parte del mismo es de soberanía suiza.
Desde el aeródromo se toma el bus 50, en el lado helvético, que lleva en pocos minutos hasta el centro de la ciudad, efectuando varias paradas.
Dónde alojarte en Basilea
Alojarse en Basilea es caro, pero en este link te dejo una serie de opciones para que puedas elegir con descuento.
Un elemento muy positivo de la hostelería de Basilea es que, todos los hoteles al hacer check-in te ofrecen de forma gratuita una Basel Card, que incluye transporte urbano ilimitado (inclusive el bus al aeropuerto) y descuentos de 50% en la entrada de los monumentos. Esta es una opción que más ciudades deberían implementar para reducir el uso de los coches dentro de sus calles.
Qué ver en Basilea
El Rin

Basilea es una ciudad en torno a un río. El Rin, uno de los más grandes de Europa, atraviesa la localidad, dividiéndola en dos. A sus dos lados se encuentran Grossbasel (La Basilea grande) y Kleinbasel (La Basilea pequeña). Ambas cuentan con sus cascos históricos que merece la pena conocer.
El puente más antiguo es el Mittlere Brücke y también el más bonito. Si hace sol, es una gozada atravesar el río con las maravillosas vistas que ofrece la ciudad desde este punto. Es fascinante pensar que el puente, si bien ha sido reformado en varias ocasiones, data de principios del siglo XIII.
La Marktplatz y el ayuntamiento

Nos vamos a adentrar primero en Gross Basel. El primer punto que nos encontraremos es la plaza del Mercado o Marktplatz. Aquí se encuentra el fastuoso ayuntamiento de un profundo color rojo con detalles dorados. El oro me encanta.
Si bien la fachada de la casa consistorial es una maravilla, si el edificio se encuentra abierto, no dudes en entrar, ya que se puede visitar el patio interior, de una bonita decoración renacentista y la escalinata principal.
En la plaza se monta cada día un mercado (de ahí su nombre) en el que se venden productos típicos, flores y comida. Uno de tus menús en Basilea puede ser perfectamente un «Würst» auténtico en alguno de sus puestecitos.
El casco antiguo de la Grossbasel

En este punto de la visita lo mejor es dejarse llevar por las pequeñas callejuelas del centro histórico de esta parte de Basilea, con sus encantadoras cuestas, escaleritas y calles empedradas. Es el lugar ideal para disfrutar nuestra fantasía centroeuropea. Las vías más bonitas son las Martinsgasse, Augustinergasse, Imberggässlein, Nadelberg, Spalenberg, Gemsberg y la plaza Andreasplatz.
Catedral de Basilea y Münsterplatz

Llegamos ahora a la catedral de Basilea (Münster, en alemán suizo). Se trata de una increíble construcción de más de 60 metros de altura levantada a finales del siglo XIV. Si bien, ya desde el IX existía un pequeño templo en la misma localización.
La visita a la catedral es gratuita. Solo hay que pagar para subir a las torres, desde las cuales se puede observar una maravillosa vista de la ciudad. La cripta también es visitable y explican de manera muy entretenida el origen de la catedral y los restos arqueológicos aquí encontrados. En el templo también se encuentra enterrado el famoso Erasmo de Rotterdam.
La plaza es inmensa y, por lo que vi, poco frecuentada. No obstante, es un lugar perfecto para tomar algo en alguna de las terracitas que se localizan aquí.
El Pfalz y el mirador

Justo detrás de la catedral no te olvides de acercarte para conocer el Pfalz (en español, palacio) y el fantástico mirador que le acompaña. Un interesante claustro da a esta terraza, mandada construir por el obispo de Basilea, con vistas a Kleinbassel y la ciudad moderna. Desde aquí descienden una escaleras que llevan hasta un embarcadero en el que tomar un barco y cruzar el río. Pero nosotros continuamos en la Basilea Grande.
Barfüsserplatz

Seguimos nuestro camino en el centro de Basilea para llegar a otra bella plaza: la Barfüsserpatz. En esta se localiza el Museo de Historia de Basilea, en la antigua iglesia de Barfüsser. La plaza disfruta de un agradable ambiente bohemio. De hecho, dicen que este es el punto más alternativo de la urbe.
Fuente de Tinguely

Uno va, más o menos, con una imagen predeterminada de lo que va a encontrarse en un destino o ciudad. Pero siempre hay lugares que uno no se espera. En Basilea para mí fue la fuente de Tinguely. Lo que en principio podría intuirse que iba a ser una fuente normal, se topa uno con una maravilla de la mecánica. Una serie de efectismos automáticos se mueven sobre el agua. Con su vaivén realizan una auténtica coreografía acuática. De forma casi mágica.
La iglesia de Santa Isabel

Hemos llegado a uno de los extremos del centro en la histórica iglesia de Santa Isabel. Tenemos ante nuestros ojos un templo del siglo XIX al más puro estilo reformista. Además, al haberlo visitado durante el mes del Orgullo, los patrones de la iglesia tenían colgado un cartel dando la bienvenida a toda persona LGBT+ a sus instalaciones. Un detalle digno de admirar en estos tiempos que corren.
Leonhardsberg

Basilea es una ciudad de colinas. Una de ellas (y quizá la más bucólica de todas) es la Leonhardsberg. Es una preciosidad caminar por sus cuestas hasta la iglesia Leonhardskirche con su parquecito y su puerta medieval de Lohnhof.
Spalentor

Llegamos ahora a la puerta más memorable de toda Basilea: la Spalentor. Hoy en día quedan tres entradas de lo que fuera la majestuosa muralla construida en 1400. De entre ellas, la más imponente es esta que se levanta ante nosotros. Y los basilenses están muy orgullosos de ella. La Virgen María protegía a todos los que venían o salían por esta vía que dirigía a la turbulenta región vecina de Alsacia. Zona que ha sido históricamente peleada por Alemania y Francia durante siglos.
La calle Spalenvorstadt que dirige hasta aquí es una alegre avenida comercial con varias tiendas y bares interesantes, por lo que el paseo es bastante ameno.
Vuelta al río

Tras conocer los principales atractivos de Grossbasel, es hora de descubrir su ‘hermana pequeña’ atravesando el Rin. Es bueno momento para deambular por las calles y callejuelas que nos dirigen de nuevo al Mittlere Brücke con el objetivo de cruzar al otro lado.
Kleinbasel

Antaño los habitantes de Grossbasel se reían de los de Kleinbasel llamándolos ‘basileos menores’. Razón quizá no les faltaba, pero el encanto de la Basilea Pequeña es indudable.
Lo mejor para empezar a disfrutar de esta parte de la ciudad es sentarse en la orilla del río, en el Promenade Unterer Rheinweg. Aquí se reúnen los habitantes de Basilea cuando hace bueno para experimentar, según ellos, el ‘ambiente mediterráneo’ de la capital.
Tras el baño de sol es hora de pasear por las callecitas y placitas de Kleinbasel hacia la parte más nueva de la ciudad. Pero volveremos.
Messe Basel

Si has estado comparando posts sobre Basilea quizá esto te sorprenda, pero si te gusta la arquitectura contemporánea, la Feria de Basilea (Messe Basel). Una obra urbana en el que el edificio se funde con el espacio cívico. Lo más impresionante, desde mi punto de vista, es la gran plaza iluminada que se abre sobre la vía pública en la avenida Riehenring. Es un sitio perfecto para tomar unas buenas fotos de Instagram.
Dónde comer en Basilea

Te dije que volveríamos a Kleinbasel y nos dirigimos ahí ahora para comer (o cenar). Ya que estaba en Suiza, tenía antojo de fondue, el típico plato de queso fundido de esta parte de los Alpes. Encontré en internet el pequeño restaurante Shafeck y fue la mejor decisión que tomé en mi viaje a Basilea.
El Shafeck es un coqueto rincón (Eck significa esquina en alemán) sin muchas pretensiones y frecuentados por locales cuya especialidad es esa: la fondue. El servicio fue majísimo y los parroquianos del lugar estaban muy atentos a mis artes de comer queso fundido. Todo un divertimento para ellos.
Mapa de localización
Código ético
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Ninguno de los establecimientos aquí mencionados ha pagado por aparecer y las críticas están basadas en mi experiencia personal sin recibir contraprestación alguna.
Comments
Hola Daniel gracias por la descripcion y me imagino que en Basilea como toda SUIZA es carisima. Que tal son los precios del restaurante que citaste . Gracias
Hola Ariel! Efectivamente es carísimo todo! pero estos restaurante son ‘asequibles’, pagué unos 20 euros por comida y bebida.
Ya me cuentas qué tal! un abrazo.
Gracias por tu mensaje Ariel! Espero que disfrutéis! y os animo a empezar vuestro blog de viajes!
Gracias por respondernos Daniel estamos yendo en Mayo…recién le decía a mí mujer qué con los viajes qué tenemos podíamos hacer un blog como él tuyo ajajajaja. Abrazo desde Argentina
Hola Daniel, gracias por compartir tu experiencia.
He tomado nota para ver en un día Basilea que pienso ir en mayo.
Gracias, un saludo
Hola María! me alegro de haber podido ser de ayuda! Disfruta mucho de Basilea!
Hola Daniel, muchas gracias por compartir tu diario de vida. Iré a Basilea en agosto y me ha resultado muy útil la información que das. Muchísimas gracias y a por nuevas aventuras. ¡Salud y suerte!
Me alegra haber sido de ayuda! Un abrazo!
Muchas gracias por compartir tu experiencia! voy hoy, así que espero utilizarla!.
Gracias por tu comentario Geraldine. Espero que disfrutes de Basilea!