En pocos destinos me he cruzado con más sonrisas que en los Balcanes. Esta región azotada por las guerras y situada a la cola del vagón del progreso en Europa, está poniendo hoy en día todo su esfuerzo en recuperar el tiempo perdido y mirar hacia el futuro. Con una sonrisa. Serbia, Montenegro, Macedonia y Albania son cuatro países pequeños pero con mucho que ofrecer. Ciudades, naturaleza, playa, montaña y una gastronomía envidiable son los fuertes de uno de los rincones menos conocidos de Europa. Si te animas, no te arrepentirás en seguir este itinerario que te recomiendo visitando cuatro países balcánicos en 15 días, comenzando en la capital de Serbia y la ciudad más grande de la región: Belgrado.
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Día 1. Belgrado (Serbia). Centro de la ciudad.

Se podría decir que Belgrado es, todavía, la capital de los Balcanes. Por lo menos de esta zona al este de Croacia. Merece la pena dedicarle un par de días para descubrir con tranquilidad todos sus diferentes barrios, tanto históricos como más modernos.
Una visita a Belgrado debe comenzar por su kilómetro cero: la Trg Republike (o Plaza de la República) En ella el Museo Nacional de Serbia nos recibe con la mejor de sus caras. Continuamos con paseo por la principal calle comercial: la Ulica Kneza Mihaila hasta llegar a la fortaleza de Kalmegdan, la cual es gratis salvo algunos recintos como el -según dice la leyenda- el encantado Pozo Romano.
Cerca de aquí volvemos al centro, al barrio de Savamala, bonita mezcla entre el barrio de Salamanca madrileño y Malasaña donde podemos almorzar en alguno de sus encantadores bares y restaurantes. En las cercanías se encuentra también la catedral ortodoxa de San Miguel. También gratuita.
Por la tarde iremos a recordar los horrores de la guerra de Yugoslavia en el derruido Ministerio de Defensa Yugoslavo. No lejos del cual se encuentra el templo de Sveti Sava, el mayor templo ortodoxo serbio del mundo que, curiosamente, se encuentra en Serbia.
Para la noche nos dirigimos a otro de los barrios hípsters de la ciudad: Dorćol. Una buena cena acompañada de rakija, el licor local, es la mejor manera de acabar nuestro primer día balcánico.
Día 2. Belgrado. Las afueras y Skadarska.
El segundo día en la capital serbia se puede ir a visitar el interesante Museo de Yugoslavia, en el que se nos muestra la tortuosa historia de esta antigua nación abocada al fracaso. Para llegar a él se puede tomar el trolebús 41 desde el centro.

Después de empaparnos de la historia de la zona, toca empaparse -literalmente- en la «playa» de Belgrado. Sí, Belgrado tiene playa a orillas del río Sava. El área es conocida como Ada Ciganlija y es considerada la tercera isla urbana más bonita del mundo. Hay muchos bares y restaurantes, por lo que podemos aprovechar y comer en la zona. De vuelta al centro, una buena idea es pasar la tarde-noche y cenar en el barrio bohemio de Skadarska, o al menos dar una vuelta por él. A mi gusto, me resultó demasiado turístico. Si quieres evitar la zona para cenar, en los alrededores de lo que es el barrio en sí, sigue habiendo bares y restaurantes algo más auténticos.
Día 3. Novi Pazar (Serbia)
Abandonamos la capital serbia rumbo al sur, a la zona del Sandjak, cuya ciudad más importante es Novi Pazar. Se encuentra a cuatro horas y media en coche al sur de Belgrado y se caracteriza por estar poblada en su mayoría por bosnios musulmanes. Aquí, las mezquitas son la construcción dominante. Se nota el contraste con Belgrado.

Una visita a la ciudad debe comenzar en su parque principal, el cual alberga la antigua torre defensiva y está rodeado por la fortaleza otomana de Bedem. Fuera del perímetro de la fortaleza encontramos la mezquita de Atun Alem y el hammam de Isa-Begov.
Novi Pazar tiene bastante movimiento, sobre todo por el área de la calle 28. Novembra. Eso sí, aquí la cerveza, y cualquier otro tipo de alcohol, escasea.
Día 4. Podgorica (Montenegro)

Tras nuestra última parada en territorio serbio pasamos a la vecina Montenegro. A cinco horas al suroeste de Novi Pazar se encuentra la capital actual del país: Podgorica. Esta puede ser una parada técnica de camino al centro ya que la ciudad no tiene un gran patrimonio. Cuenta con un pequeño casco histórico que alberga dos mezquitas y una torre del reloj. No obstante la zona ribereña del río muestra una interesante fortaleza con unas bonitas vistas y, también, una playa urbana. Es una zona muy agradable para el paseo.
Si tienes tiempo, puedes acercarte al monasterio de Dajbabe, a las afueras de la ciudad dirección sur. Desde la entrada, parece más una villa toscanan que un monasterio ortodoxo y merece la pena acercarse para experimentar de primera mano la tranquilidad y sosiego de una construcción de este tipo. No le falta tampoco una buena cúpula dorada, como gusta por esto lares.
Para comer o tomar algo, en la zona como Nova Baros existe un área en el que encontrar varios bares y restaurantes para probar la gastronomía local.
Día 5. Ostrog y Cetinje (Montenegro)

Desde Podgorica, dirección Danilovgrad, pasando este pequeño pueblo y tras un minúsculo puente de madera, se llega al monasterio de Ostrog. Se trata de una impresionante construcción religiosa encaramada a 900 metros de altura sobre el valle del río Zeta y es uno de los centros de peregrinajes más importantes para los ortodoxos de la zona, de hecho verás muchos coches con matrículas serbias y bosnias. Es quizá uno de los lugares más extraños de toda la zona. No sólo por la considerable altura a la que se encuentra la construcción, incrustada en la roca, sino por la veneración que la reliquia de un santo ortodoxo muerto genera. Una experiencia religiosa para ellos. El acceso es gratuito pero se exige mucho respeto.

Vuelta a Podgorica y camino de vuelta al sur, cómo última parada antes de llegar al Adriático, visitamos Cetinje, la antigua capital real de Montenegro. Esta pequeña localidad era la sede del reino independiente de Crna Gora que resistió durante siglos a los Otomanos y que terminó absorbido, contra su voluntad, en el estado de Yugoslavia. Es interesante la mezcla de pueblo y residencia real que desprende esta pequeña localidad. Se puede visitar el museo de Historia, localizado en un edificio en el que se encuentran varios otros museos y en cuya puerta te preguntan que cuál quieres visitar. El de Historia cuesta 3 euros y es muy instructivo, si bien, la musealización deja que desear.
En el mismo área se encuentra el minúsculo monasterio de Cetinje, que es gratuito y al cual hay que entrar vestido «religiosamente». Nada de enseñar rodillas ni hombros. Por último en el centro de Cetinje se encuentra también el palacio del Billar, última visita antes de referescarnos en la calle Baja Pivljanina, principal arteria de la ciudad.
Día 6. Playas de la bahía de Kotor (Montenegro)

Tocamos finalmente la costa del mar Adriático tras decender por una vertiginosa carretera que desciende sobre las bahías que salpican la costa montenegrina. Las vistas son increíbles, hasta llegar a Budva, desde donde nos dirigiremos hacia el lugar en el que tengamos el alojamiento. Como primera toma de contacto podemos echar el día de beach hopping, es decir, de playita en playita. Las playas no son las del Caribe, pero los paisajes son increíbles. Son calitas pequeñas en los que ver el atardecer es una de las mejores experiencias para vivir en Montenegro, y en todo el área de los Balcanes en general. Hay muchas que son privadas, pero los carteles blancos a lo largo de la carretera costera con el icono de natación nos indican dónde se encuentran las playas públicas. Consejo: hazte de unas cangrejeras para no estar caminando sobre las duras piedras de las playas.
Día 7. Herceg Novi y Perast (Montenegro)

Comenzamos nuestras visitas turísticas por la costa de Montenegro por su zona más septentrional. Casi en la frontera con Croacia, se encuentra Herceg Novi. En ella pasaremos la mañana visitando su coqueto casco histórico, o Stari Grad, cuenta con varias fortalezas de época veneciana, como la famosa Fortaleza del Mar, con un precio de 2 de euros y desde la cual se puede divisar claramente la costa croata en frente. Bajo la fortaleza se encuentra el paseo marítimo y la playa de Žalo, a mI entender, una de las más bonitas que visité en todo Montenegro.

Para la tarde nos dirigimos a Perast, una de las joyas de la costa montenegrina. Una pequeñita ciudad veneciana conocida como la pequeña Dubrovnik cargada de palacetes e iglesias de los siglos XVI-XVIII enfrente de la cual se encuentran dos islitas hasta las que se puede llegar en barco. La más grande de ellas es Gospa od Skrpjela, ocupada por la iglesia que le da nombre a la misma y cuyas vistas sobre la ciudad son inmejorables.
Día 8. Kotor y Tivat (Montenegro)

Kotor es la más conocida de las ciudades de la costa de Montenegro, y con razón, cuenta con un basto patrimonio inigualable en el resto del país. Lo primero que hay que hacer, a ser posible, temprano en la mañana es subir a la fortaleza de Kotor. Cuesta 8 euros y es necesario subir 260 metros de altura sobre el nivel de mar con un total de 1200 escalones. Una ardua tarea que se puede ir realizando poco a poco. Las vistas además merecen la pena. Esta es la mejor de todas las experiencias en la costa de Montenegro así que hay que hacerlo sí o sí.
Una vez de vuelta al casco histórico de la ciudad visitaremos la iglesia ortodoxa y la pequeña y humilde iglesia de Sveti Luka, así como la catedral católica (2 euros), la cual cuenta con un museo y una bonita terraza con vistas sobre la plaza de Sveta Tripuna. La oferta de restaurantes en Kotor es amplia por lo que tendrás dónde elegir para el almuerzo.

La tarde la iremos a pasara a la vecina Tivat. En ella podemos dar un agradable paseo por su puerto, conocido con su nuevo nombre comercial de Porto Montenegro. Es algo pijo, pero muestra otra cara de la nueva Montenegro abierta al mundo y orgullosa de sí misma.
Día 9. Budva, Sveti Stefan y Bar (Montenegro)

Tras conocer el norte y el centro-norte de la costa nos dirigimos a la parte meridional de la misma. Budva es la primera localidad que conoceremos. Esta ciudad cuenta con dos caras, la hiperturistificada, algo así como una Benidorm local, y la antigua y menos conocida ciudad antigua (Stari Grad) digna de una parada para descubrirla. Cuenta con una ciudadela (3 euros) con buenas vistas sobre el puerto y la ciudad así como un interesante recinto amurallado. La iglesia de San Iván es digna de ser conocida, por fuera es muy bonita, pero por dentro podría equipararse al Ecce Homo de Borja. Es gratis así que mi recomendación es que entres a conocer lo que te cuento.

Unos diez kilómetros al sureste de Budva, se encuentra la playa de Sveti Stefan. Ésta se encuentra enfrente de la isla del mismo nombre. Un precioso pueblo sobre el mar que por desgracia no se puede visitar ya que hoy en día es un hotel de lujo con acceso restringido. Como parte positiva, la playa pública ofrece una visión perfecta de la isla por lo que merece la pena parar en la zona para tomar el sol mientras disfrutamos del patrimonio local.

Por último, y más al sur, se encuentra la localidad de Bar. Al igual que en otros lugares del Mediterráneo, la ciudad cuenta con dos núcleos diferenciados, uno cerca del mar más moderno y uno más antiguo protegido en una parte más alta. Ésta segunda recibe aquí la denominación de Stari Bar, o antiguo Bar. La parte principal de la misma se encuentra en la Ciudadela. Para acceder es necesario el pago de 2 euros y cuenta con varias torres y la zona cuenta con gran interés histórico ya que se encontraba bajo dominio otomano y no veneciano. Prueba de ello son los baños turcos del siglo XVIII y los restos de la antigua mezquita de este emplazamiento. Stari Bar cuenta también con una pequeña calle comercial y de bares en el centro de ambiente muy agradable.
Día 10. Shköder (Albania)

Abandonamos Montenegro para entrar a la vecina Albania. Justo tras la frontera entre estas dos naciones se encuentra la localidad de Shköder, situada a las orillas del lago homónimo y en los límites del parque nacional del mismo nombre también. Si bien las afueras pueden dejar que desear, el centro histórico de la ciudad está recientemente restaurado y merece la pena pasar por sus calles peatonales con encanto, admirando sus casitas otomanas de colores y, si tenemos tiempo, visitando el museo de la fotografía situado en su calle principal.

No obstante, es fuera de la ciudad dónde se encuentra la principal atracción de la zona: la fortaleza Rozafa. Marcando uno de los límites del Imperio otomano, esta imponente construcción domina todo el lago y la comarca. Tiene un precio de 200 lëke y cuenta con una imponente entrada y tres grandes patios de armas. Desde sus alturas, se divisa una de las mejores vistas de todo el país.
Día 11. Tirana (Albania)

Lejos de estereotipos, la capital de Albania es una urbe que se nota, desde el minuto uno, que está poniéndose las pilas para ponerse a la altura del resto de ciudades europeas. Tirana es una ciudad abierta y muy, pero que muy, interesante.
Para comenzar la visita comenzamos en la plaza de la Madre Teresa, con sus gigantescos edificios comunistas para continuar nuestra ruta por el bulevar Dëshmöret e Kombit hasta el parque Postbllok, en el cual podemos entrar en verdaderos búnkeres construidos por el paranoico régimen de Enver Hoxha. Siguiendo por la misma avenida nos encontramos con la retrofuturista pirámide de Tirana, un extraño edificio construido como mausoleo para el ex dictador comunista que hoy en día se encuentra en estado de abandono.
Un pequeño desvío para admirar el antiguo puente del Tabaco y vuelta al eje central nos llevará hasta el Bunk’Art 2, un antiguo búnker gubernamental convertido hoy en museo centrado en el régimen comunista y la opresión ejercida sobre su población.

No lejos de aquí se encuentra la mezquita Et’hem, actualmente en obras, y la torre del Reloj, última parada antes de visitar la plaza de Skenderbej, presidida por una estatua gigantesca del héroe nacional y albergando el Museo de Historia con su icónifa fachada.
Una visita a Tirana no puede estar completa sin conocer su barrio de moda: Blloki. En éste, es donde se nota que Albania se está convirtiendo en un país moderno y abierto. Los numerosos bares, restaurantes y cafés de la zona no tienen nada que envidiar a los de otras capitales de Occidente. Tirana mola.
Día 12. Ohrid (Macedonia del Norte)

Nuevo día, nuevo país. Pasamos hoy a la recién renombrada república de Macedonia del Norte a través de la localidad de Ohrid. Esta ciudad es considerada como la joya de la corona de la Antigua República Yugoslava, en su perfectamente conservado centro histórico se pueden visitar las iglesias hospitalarias de Sveta Bogorodica y de Sveti Nikola (50 dinares la entrada de cada una) así como la catedral de Sveta Sofija.

Un bonito paseo «marítimo» construido en madera a orillas del lago Ohrid nos lleva hasta las pequeñas playas del mismo y hasta la icónica y coqueta iglesia de Sveti Jovan Kaneo. Sube un poco por la colina circundante y tendrás una de las vistas más recordadas de toda la península balcánica.
Un menú de pescado fresco del lago es la mejor manera de coger fuerzas para continuar nuestra visita por Macedonia, llegamos a Skopje.
Día 13. Skopje (Macedonia del Norte)

La capital de la república de Macedonia del Norte es una verdadera oda a la «modernidad histórica». En un esfuerzo por generar orgullo nacional, el gobierno de este pequeño país balcánico ha construido multitud de gigantescas estatuas de personajes históricos (en especial de Alejandro Magno y su familia) así como modernos museos para recoger la historia y cultura macedonias.
Comenzamos la visita por la casa-museo de la Madre Teresa de Calcuta, la cual nació en esta ciudad cuando se encontraba dominada por el Imperio otomano, cerca de esta se encuentra la plaza de Macedonia, dónde se congregan la mayoría de las megalómanas estatuas antes mencionadas.

Cruzamos el río y nos reciben el museo Arqueológico y el museo de la Lucha nacional de Skopje, antes de entrar en el antiguo bazar turco. Se nota aquí la presencia de la población musulmana albanesa y turca. En la parte más alta del bazar se encuentra la fortaleza, gratuita, ofreciendo magníficas vistas sobre la ciudad. De vuelta a la zona musulmana encontramos, escondida (casi agazapada), la iglesia de Sveti Pas, justo enfrente de la primera cervecería artesanal de la capital. Lugar perfecto para tomar un descanso y continuar nuestra ruta.
Día 14. Niš (Serbia)

Volvemos al país del que partimos. De vuelta a Belgrado, la parada clara es la ciudad de Niš. La tercera ciudad en importancia de Serbia ha sido desde tiempos de los romanos, testigo de la turbulenta historia de esta pequeña nación eslava.

Aquí nació el emperador Constantino el Grande, de hecho, cuenta con una villa romana que perteneció a su familia, Medjanina, actualmente cerrada por obras. Ésta se encuentra a las afueras, si continuamos hasta el centro, la torre de las calaveras, o Ćele Kula, es otro monumento importante de la ciudad. Dentro de una pequeña iglesia se encuentra la torre que construyeron los turcos con las calaveras de los caídos serbios durante una importante batalla durante las guerras de liberación de Serbia.
Ya en el centro se encuentra el museo Arqueológico que recoge las principales piezas de la historia romana y bizantina de la antigua Naissus. En el centro de la ciudad contamos con varias calles con mucho ambiente para comer y tomar algo, antes e continuar nuestra visita hacia la magnífica fortaleza, gratuita, y con muchos e interesantes elementos: villas romanas, lapidarium, mezquita y construcciones otomanas, entre otras.
Por último, visitamos uno de los lugares testigos de la historia más triste de la región: el campo de concentración de la Cruz Roja, el cual se conservó intacto y sirve hoy como recuerdo a las atrocidades aquí cometidas por los nazis durante la ocupación alemana de Yugoslavia.
Para todos los monumentos de Niš existe una entrada conjunta con un precio de 400 dinares serbios.
Día 15. Topola (Serbia) y vuelta

Si te queda tiempo antes de tu vuelta a Belgrado, una interesante parada entre Niš y la capital sería el pueblecito de Topola. Esta pequeña localidad cuenta con una rica historia y marcó el nacimiento de la moderna nación serbia. Un bucólico parque en el centro de la ciudad alberga la famosa iglesia de Oplenac y las conocidas como las casas del Rey y de la Reina así como el palacio de los Karadjordjevic, la dinastia goberante en el antiguo reino de Serbia.
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En próximas semanas iré ampliando la información de los diferentes destinos en posts más específicos sobre cada uno de ellos. Mientras tanto, no dudes en consultarme las dudas que tengas en los comentarios. Zbogom!
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Comments
Hola Dani. Acabo de leer tu artículo sobre los Balcanes y he visto en el cuarto día: «Para comer o tomar algo, en la zona como *Nova Baros* existe un área en el que encontrar *barios* bares y restaurantes para probar la gastronomía local»
Intenta cambiarlo. Un abrazo
Gracias! No sé quién eres que me sale anónima la respuesta! Pero agradezco la lectura y la corrección. Con tanto Barrio Baros Bares… se me ha colado el “bario” jejej. Corregido! Gracias!
Hola
Tengo intención de realizar un recorrido en coche de alquiler entre Montenegro, Albania, Macedonia y Kosovo.
Puedes informarme como esta el tema de alquilar coche, el estado de las carreteras, y los problemas que me puedo encontrar en el cruce de fronteras.
Cualquier otra información seria de agradecer
¡Hola! Gracias por contactar conmigo. Te respondo a tus cuestiones:
-Para alquilar un coche te recomiendo algún comparador en el que puedas consultar con cada empresa de alquiler a qué países puedes acceder con sus coches. Kosovo es el que da más problemas.
-El estado de las carreteras es variable, pero por lo general es malo. Especialmente en Macedonia.
-Entre Montenegro, Albania y Macedonia no hay ningún problema en el cruce de fronteras. Necesitarás algo de paciencia ya que se suelen formar colas, especialmente a la entrada de Montenegro. En cuanto a Kosovo, desconozco cómo estará el asunto.
Espero haberte ayudado. Un abrazo.
Hola Daniel. Me ha encantado el post y más o menos se asemeja a la ruta que me gustaría hacer este otoño, aunque en tres semanas. Mi plan es alquilar coche en Venecia y empezar por Croacia, porque el vuelo de ida y de vuelta es por el mismo sitio, pero nos preocupa que conducir en determinados países sea una odisea (no tanto por el estado de las carreteras, sino por la tendencia de los conductores a ir como locos). ¿Crees que merece la pena o mejor combinar con transporte público? Otra cosa, quizás me puedas ayudar una duda más… entiendo que se puede improvisar bastante con el alojamiento, ¿no? Soy más de ir sin prisas y los itinerarios marcados me estresan un poco 😉 ¡Mil gracias por tu ayuda!
Hola! En primer lugar, me alegra que te hayas animado a visitar esta parte tan bonita de Europa! Te contesto: en tres semanas combinar Venecia, Croacia y el recorrido que aquí recomiendo quizá sea demasiado!
Por otro lado, sí, la gente conduce no muy allá, pero aún así es mejor que el transporte público, que es muy muy lento!
Para el alojamiento, en la costa croata y en la de Montenegro, lo mejor es reservar, sobretodo si vas en verano, ya que son destinos muy populares. En el interior podrás reservar más fácilmente sobre la marcha. Espero haberte ayudado! Un abrazo!
¡Muchas gracias Daniel! La verdad es que en Venecia no estaríamos nada (ya la conozco y no es santo de mi devoción), pero vamos a ver entonces cómo replanteamos el recorrido porque nos morimos por ver Serbia y no nos la queremos perder. No sé, quizás 5 días en Croacia y luego seguir tu recorrido 😉
Un abrazo y gracias de nuevo por tu ayuda
Esther
5 días y seguir mi recorrido mola mucho! Pero recuerda comprobar a qué países puedes pasar con la empresa con la que alquiles. Probablemente tengas que pagar extra para los países más alejados de Italia.
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