¡Ya está aquí el verano! Por fin ha llegado la hora de dejar abrigos, jerseis y pantalones largos. Seguro que a estas alturas del año ya has planeado tus vacaciones, pero si todavía no lo has hecho, en este blog te voy a recomendar cuatro islas repartidas a lo largo y ancho del planeta muy recomendables para que te olvides de todo… ¡y de todos!
Comenzamos.
En este post encontrarás:
1. Ugljan (Croacia)
Situada en el corazón del Adriático, la isla de Ugljan no tiene la fama de sus «hermanas mayores» Krka o Korčula, pero es un bonito paraje en el que tomar un pequeño descanso en una ruta por la costa dálmata.
La isla se encuentra muy cerca de tierra firme, a solo 15 minutos en ferry desde Zadar. Para llegar a Ugljan debemos acercarnos al puerto de esta localidad y tomar el ferry 431 operado por Jadrolinija.
Preko es la localidad más importante de esta isla, pero existen otros cuantos pueblecitos pesqueros en los que disfrutar de maravillosas calitas y pinturescos restaurantes. Como curiosidad cabe destacar que el nombre de la ciudad de Preko significa «enfrente», por situarse este pueblo justo enfrente de Zadar. Fácil y sencillo.
Una de mis playas favoritas de Croacia se encuentra precisamente en Ugljan, en el mismo Preko. La pequeña cala situada al oeste de la ciudad tiene enfrente otro pequeño islote: Galovac, al cual se puede llegar incluso andando a través de la lengua de mar y allí sentirnos como verdaderos conquistadores.
Para tomarnos un refrigerio, podemos elegir el Konoba Barbara, donde el servicio es de lo mejorcito y podremos tomar fuerzas para continuar explorando la isla.
2. Capri (Italia)
Seguimos en el entorno mediterráneo. Esta vez nos vamos a la evocadora Capri. Esta isla de apenas diez kilómetros cuadrados es conocida en el mundo entero desde la época de los romanos, cuando el emperador Tiberio decidió pasar su tiempo libre en este peñasco frente a las costas de Campania. Hoy en día ydos mil años más tarde, Capri sigue siendo famosa debido al continúo ir y venir de la jet set mundial que se deja caer por aquí.
La vía más rápida para llegar a Capri desde tierra firme es tomando un ferry de 30 minutos desde el puerto de Sorrento. No obstante existen líneas de barco que también unen la isla con Nápoles, Amalfi, Positano o Salerno.
Tras llegar a puerto puedes coger el funicular que lo une con la ciudad de Capri o subir a pie. Una experiencia que te dejará sin aliento. La pequeña ciudad de Capri está plagada de tiendas y restaurantes de lujo por lo que si no quieres gastar mucho, lo más recomendable que es que lleves contigo una bolsa de picnic. Los precios para comer en la isla son desorbitados.
Para disfrutar de una bonita playa pública puedes dirigirte al sur de la isla para descubrir la Spiagga di Marina Piccola. Para llegar a ella existe un servicio de autobuses desde la ciudad de Capri que sale desde la estación de autobuses de la misma.
Uno de los puntos más importantes desde el punto de vista histórico en la isla es Villa Jovis: la residencia palatina del emperador Tiberio. El entorno del complejo es impactante ya que se sitúa justo sobre acantilados que caen en picado a las aguas del Mediterráneo. Cuenta la leyenda que desde el punto más alto del acantilado conocido como salto de Tiberio, el mismo emperador empujaba a los condenados a muerte a su destino.
3. Ilha Grande (Estado de Río de Janeiro, Brasil)
Nos alejamos para tomar rumbos más tropicales. Al sur de Río de Janeiro se encuentra una de las mayores joyas naturales de todo el estado: Ilha Grande.
Mangaratiba es la localidad a la que debemos dirigirnos para, desde ahí, tomar el ferry hasta Vila do Abraão, la pequeña localidad que nos sirve como base para descubrir el resto de la isla y contratar los servicios que necesitemos para nuestra aventura.
No te puedes perder las diferentes calitas y las aguas transparentes del océano Atlántico Sur en las que practicar todos los deportes acuáticos que se te ocurran.
Ilha Grande cuenta con el honor de albergar una de las playas más bonitas de todo Brasil: la Praia de Lopes Mendes. Tres kilómetros de una de las arenas más finas que he visto rodeados de la frondosidad de la selva cariocas que hacen que te quedes con la boca abierta. Para llegar a Lopes Mendes puedes tomar un camino forestal de unos seis kilómetros que atraviesa la isla desde Vila do Abraão o bien tomar un barquito desde el puerto que rodee la isla.
4. Pulau Tioman (Malasia)
Para el último puesto de la lista he reservado la isla de la que guardo un recuerdo más vívido -amén de la más remota- la isla de Tioman, en el mar de la China Meridional.
Tioman Island o Pulau Tioman es accesible en barco desde el puerto de Mersing -uno de los lugares más feos en los que he puesto pie-. El viaje de unas dos horas nos da oportunidad de ver como la isla con forma de tortuga aparece ante nuestros ojos. Tioman cuenta con varios pueblecitos situados en los claros que deja asomar la espesura de la selva que cubre la práctica totalidad de la isla.
Cuanto más te alejes de la primera parada del ferry, mayor tranquilidad encontrarás. La última parada -y la que elegimos para conocer la isla- fue Salang. Las aguas de Salang son ideales para practicar snorkel y en ellas descubrimos una cantidad de especies de peces que jamás hubiera imaginado admirar. La selva escondía también simpáticos macacos que se acercaban curiosos a las playas a ver a locales y visitantes.
Tioman Island es, sin duda, uno de esos lugares en los que todos los problemas del mundo desaparecen y en los que te sientes realmente -para bien y para mal- lejos de casa.
¿Quieres saber más sobre Tioman Island?
Próximamente en El viaje del mapache.